En mi obra exploro el paisaje urbano y su trabajo en función de la velocidad, luminosidad e intensidad de color. El carácter no permanente de las cosas, la soledad y el adormecimiento a la que nos arrastra generando un clima estático pero a la vez incesante.

Es el reflejo de la  constante búsqueda de la vibración y lo difuso, el contraste del color cálido y frio entran en representación de formas orgánicas e inorgánicas, figurativas y difusas que intentan esbozar lo citadino.

           En estas obras se involucra una serie de desplazamientos mediáticos: partiendo por la captura fotográfica, luego su traslado a lo digital con su consecuente manipulación, como resultado una imagen consustancialmente contemporánea, ajustándose con las determinaciones mediáticas a las cuales estamos sometidos diariamente, que son finalmente las que definen el marco de representación simbólica. Esta imagen es finalmente trasladada al lenguaje de la pintura, en donde la irregularidad de las luces destellantes son traducidas a través del gesto pictórico, armándose en claroscuro, pasajes  y fundidos, sin dejar de exaltar su materialidad. Mi pintura es tanto mapa como territorio, territorio observado y espacio habitado.